Molins se solidariza con la crisis humanitaria de los refugiados sirios
Europa -y especialmente Grecia-, está siendo el principal foco sobre el que se centra la crisis de refugiados que huyen de la guerra en Siria. Las consecuencias del referido conflicto armado son devastadoras: 220.000 muertos, 11 millones de desplazados, 3.9 millones de refugiados y 12.2 millones de personas que dependen de la ayuda humanitaria para subsistir. Aquellos que lo dejaron todo en busca de un futuro en Europa, se han topado con unas autoridades Griegas que desatienden las necesidades más básicas de los que buscan refugio en nuestro continente. Es de destacar que muchos de los refugiados son enfermos, personas mayores o familias con niños muy pequeños que ya no podrían sobrevivir en suelo Sirio.
Ante esta situación, el pasado 17 de junio de 2016, a solicitud de Dña. Cristina Llaras Jordana, el despacho Molins & Silva inició un proceso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, para denunciar la situación de EKO CAMP, una gasolinera abandonada a unos 15 kilómetros de Idomeni, tomada por unas 3.000 personas que durante meses malvivieron en unas condiciones de vida pésimas, sin los recursos más básicos para sobrevivir (agua potable, comida y medicamentos). En concreto, se presentó un recurso en nombre de 10 refugiados sirios entre quienes había menores no acompañados, familias con niños de apenas dos años de edad, enfermos, personas de edad avanzada y jóvenes que huyen de un reclutamiento forzoso en Siria.
Todos los recurrentes se habían visto imposibilitados para solicitar asilo en Grecia. En el campo, la única forma de presentar un asilo era reservar cita previa a través de una llamada por Skype, en un horario muy limitado de dos horas diarias. Sin embargo, ni los recurrentes ni otros cientos de refugiados en EKO CAMP lograron que alguien respondiera al otro lado del Skype. Ello provocó que las personas en EKO CAMP no recibieran ningún tipo de protección oficial. Esto es, que ni para el Estado de Grecia ni para la Unión Europea constasen como otra cosa que inmigrantes irregulares e indocumentados.
La imposibilidad de acceder a la solicitud del derecho de asilo exponía a los recurrentes al riesgo de ser expulsados y les impedía tener acceso a servicios esenciales, como la sanidad, la alimentación e higiene básica. Además, la estancia prolongada en campamentos no oficiales como EKO CAMP, incrementaba el riesgo de que los refugiados se vieran sometidos a unos tratos inhumanos y degradantes, vulnerándose así el principio de unidad familiar y demás principios establecidos en la Convención sobre la protección del niño de Nueva York.
La primera opción de Molins & Silva fue optar por invocar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos la aplicación de la medida provisional de urgencia de los artículos 39 a 41 del Reglamento del referido Tribunal, a fin de que implementara de forma urgente los medios necesarios para garantizar el acceso de los demandantes a un recurso efectivo de acuerdo con el art. 13 CEDH, y para evitar la situación inhumana y degradante padecida por los demandantes, que vulneraba el art. 3 del CEDH. En concreto, se solicitó que se proporcionase a los demandantes medios y procesos efectivos de acceso a la solicitud de asilo como refugiados de guerra, que permita el ejercicio de sus derechos (reunificación familiar o reubicación) ante cualesquiera de los Estados contratantes.
Sin embargo, el TEDH falló (sin motivación alguna) que no procedía la aplicación de la referida medida urgente y requirió a los abogados a que presentasen un nuevo recurso por la vía ordinaria, contra el Estado de Grecia. Así se hizo en fecha 7 de septiembre de 2016. Desde entonces, y para proseguir con la tramitación del recurso, el TEDH se ha limitado a requerir documentación prácticamente imposible de conseguir, atendidas las concretas circunstancias en las que se encuentran los recurrentes (pasaportes, domicilio, poderes firmados, etc.).
La perspectiva actual es incierta. Pese a que en ocasiones similares el TEDH ha condenado a los Estados de acogida (como en este caso sería Grecia), parece que la línea rectora del proceso liderado por Molins & Silva radica en priorizar la burocracia. Ello no hace sino obstaculizar la buena marcha del proceso. Pese a ello, Molins & Silva sigue pendiente de que el TEDH se pronuncie sobre el caso. Ha acompañado a la Sra. Cristina Llaras en la presentación de su libro “Cartas sirias desde Grecia” y no ha cejado en su esfuerzo por conseguir que el recurso llegue a buen puerto. La Firma Penal, se ha mostrado y seguirá mostrándose proactiva en los esfuerzos por paliar la crisis humanitaria en la que se encuentran miles de refugiados.
Foto: equipo de abogados de Molins & Silva en esta causa. De izquierda a derecha: Eulàlia Puig, Beatriz Goena, el Dr. Jesús María Silva y Juan Segarra,